¡Zas en toda la boca! Ayer, los superdetectives del Departamento de Delitos Ambientales de la PFA cerraron de prepo una fábrica que estaba tirando basura a lo loco en Villa Martelli, tierra de nadie en el partido bonaerense. ¿Qué pasó? Resulta que los investigadores, con lupa en mano, se mandaron al local ubicado en General Lavalle 4.400 y descubrieron que estaban haciendo de las suyas. La jueza Sandra Arroyo Salgado, sí, la ex de Nisman, les dio luz verde para entrar a saco y llevarse unas muestras sospechosas para analizar. ¡Pum! Las pruebas salieron con altos niveles de cianuro, más peligroso que un tigre en un congreso de ratones. La jueza, que no se anda con chiquitas, les dio con el martillo y cerró todo.

Los chismosos dicen que los responsables van a tener que dar la cara ante la jueza para ver quién se manda las macanas. ¡Chan, chan, chaaan! Según un informante secreto, el dueño del chiringuito dijo que se les cayó un paquete y se les derramó un líquido amarillo que decían ser “ácido muriático al 19%”. Y claro, los empleados, en un intento de magia, tiraron cal para frenar el desastre y ¡Boom! Se armó el escándalo. Parece que estaban jugando con gas cloruro de hidrógeno, un reactivazo corrosivo y peligroso como suegra enojada.

Por si fuera poco, el SAME tuvo que ponerse las pilas y atender a ocho valientes -cuatro chicas y cuatro chicos- que inhalaron la fritanga tóxica, ¡un verdadero caos! Y ni más ni menos que diez ambulancias trabajando a full para salvar el día. Todos los afectados eran empleados del lugar, ¡la que se armaron! ¡Esto es un escándalo de película, amigos!