Durante un período de tiempo que abarcó del 14 de marzo al 29 de julio de 1811, María Guadalupe Cuenca escribió varias cartas a su esposo, Mariano Moreno, sin conocer su fallecimiento el 4 de marzo en alta mar, mientras viajaba hacia Londres en una misión diplomática. En estas cartas, que nunca llegaron a su destino, Guadalupe expresaba sus sentimientos de angustia, soledad y también compartía noticias políticas para mantener a Moreno informado sobre la agitada situación en Buenos Aires.

Esta historia, que revela la intimidad y tragedia de Guadalupe, es el enfoque principal del capítulo que Noemí Goldman dedica a esta mujer en el libro "Las mujeres de la revolución". La obra, editada por Beatriz Bragoni, recopila investigaciones de quince autoras que buscan no solo rescatar biografías silenciadas, sino también repensar la Revolución de Mayo desde las experiencias de mujeres diversas cuyas vidas se vieron influenciadas por el conflicto político y social de la época.

A lo largo de la investigación, se aborda el papel de mujeres campesinas, cacicas indígenas, afrodescendientes como María Remedios del Valle, y mujeres paraguayas durante el proceso de independencia. Estas mujeres, a través de sus acciones y decisiones, jugaron un rol fundamental en el sostén de las economías domésticas y en las relaciones interétnicas y políticas de la época.

Las cartas escritas por María Guadalupe a Mariano Moreno revelan la complejidad de la situación política en 1811, marcada por enfrentamientos entre facciones y desacuerdos en la Primera Junta de Buenos Aires. A través de sus escritos, Guadalupe muestra su preocupación por la salud y seguridad de su esposo, así como por los acontecimientos políticos y militares que afectaban a la región.

La correspondencia también refleja el apoyo y la cercanía de amigos y familiares de Moreno, así como la preocupación de Guadalupe por el futuro incierto que les deparaba. A pesar de la distancia y la incertidumbre, Guadalupe se aferraba a la esperanza de un reencuentro con su amado esposo, aunque finalmente recibiría la noticia de su fallecimiento en agosto.

El legado de Mariano Moreno, sus principios, su dedicación a la familia y sus intereses intelectuales, quedan plasmados en las cartas de Guadalupe, quien también se esforzaba por preservar y cuidar los libros y pertenencias de su esposo durante su ausencia. Estos documentos íntimos ofrecen una mirada única a la vida de una mujer en un contexto de conflicto y cambios históricos.

El relato de María Guadalupe Cuenca, a través de sus cartas y vivencias, nos invita a reflexionar sobre el papel y la influencia de las mujeres en momentos cruciales de la historia, así como a valorar su contribución a la construcción de la identidad y la memoria colectiva de una nación en transformación.