¡Mirá qué lío se armó en Georgia! Resulta que un grupo de opositores se plantó en el centro de la capital para protestar por el encarcelamiento de sus líderes, que se negaron a dar la cara ante una comisión parlamentaria. Según las leyes de Georgia, es más fácil escaparse de un león hambriento que de una citación parlamentaria, ¡te pueden mandar hasta un año tras las rejas!

La comisión en cuestión fue creada por el partido en el poder, Sueño Georgiano, para rascarle un poco la espalda a las autoridades anteriores, que ahora están en la vereda de enfrente. La situación está tan picante que el Gobierno le pidió a la Unión Europea un tiempo muerto hasta el 2028 para entrar a la fiesta, lo cual no cayó nada bien entre los proeuropeístas, desatando una batalla campal que dejó más lastimados que un partido de rugby.

Los opositores y defensores de los derechos humanos están cayendo como moscas, con detenciones y condenas que dan miedo. Otro político opositor, Givi Targamadze, se ganó un pase VIP a la cárcel por siete meses, con la cereza del postre de quedar proscrito de la vida política por dos años.

Mientras tanto, Saakashvili cumple una condena de 12 años y medio, acusado de todo menos de robarse una gallina. Y Melia, otro de la banda, está en cana desde mayo, como si fuese un prófugo de Hollywood. ¡Hasta Putin metió la cuchara, acusando a uno de intentar sembrar el caos entre los rusos!

En medio de todo este circo, las voces de la disidencia claman por justicia y la liberación de los presos políticos. Sueño Georgiano, por su parte, amenaza con borrar del mapa a toda la oposición antes de la próxima elección. ¡Qué lío, che! La política en Georgia está más revuelta que un café con leche en una licuadora.